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lunes, 15 de octubre de 2012

Adonde vas con ese rencor



La culpa apareció.
En goce y sonriente llego a mí,
La más  bella y seductora culpa.
Como un soplido de viento
Me saco del sueño más apreciado
Y con un cachetazo me despertó.
Morir Cansa
Tu dolor me causa asco, me irrita.
Tu llanto me duele,
Tus lágrimas son torturas.
Rejuveneces por momentos,
Pequeños ratos.
El que te mueras  no me importa,
Ella no podrá opacar lo que eres.
Sin Titubear apretó el gatillo y sus sesos volaron,
Chocando contra los frízer  donde tiene guardado
Los cadáveres de sus patéticos amantes.

                       

Final


                 
Cuando todo a ser tuyo se inclinaba en tu vida, volviste la cabeza.
Aun sangra la herida.

Nada pertenece a tus manos. Nada.
Ni el pétalo caído de las lejanas cosas.

Nada pertenece a tu boca. Nada,
Ni el aire de recuerdos que exhalas de su alcoba.

Nada pertenece a tu cuerpo. Nada,
Ni el color de los pájaros en sus nidos de sombras.

Nada perteneces a  tus manos,
Nada pertenece a tu boca,
Nada pertenece a tu cuerpo.

Hombre solo, llora sin que el dolor te penetre.
Giman raíces bajo tu planta,
Al rozar una hoja grite, aguda  la fronda
Y esperas que para ti sean capullos.
Detente en tu camino, no huyas desesperadamente.
Sujeta tus brazos, no tienes más distancias.

Quitad tus pies del suelo.
Cierra tu boca, calla,
Cierra tus ojos, cierra.
Es la hora llegada, entréguese tu alma.                                           Pacha

domingo, 14 de octubre de 2012

Saulo


           
El nombre de tu  gravoso  amor, sin ningún rostro;
Aunque,lo podía ver al viento.
En el medio de una isla llena,
De poesía, soledad, angustias y
Unas terribles ansias de Libertad.
De ver gente, territorios distintos  a su casa;
Y una furia inmensa de fracaso y bronca,
Por despertar otra vez  en esta Maldita isla:
Que es lo único que recuerda  antes de su fuga.
                      
                                                          

Lo sigue pensando, Una y


Otra vez
            La misma Luz.
            El mismo ventilador.
            La misma mugre.
            El mismo olor.
            La misma angustia.
            El mismo pensamiento.
            La misma depresión.
            El mismo dolor.
            La misma pregunta.
            El mismo Silencio.
                                
                                                  Y la gillette afilada.